El telescopio Kepler de 0,95 m de diámetro está provisto de un de un fotómetro que abarca un campo de 105 grados cuadrados, mucho mayor que el de la mayoría de los telescopios que es menor de 1 grado cuadrado. La misión tiene previsto observar el mismo campo de estrellas, de forma continua y simultánea con el objetivo de monitorizar el brillo de más de 100.000 estrellas durante al menos 3,5 años, que es la duración inicial de la misión, aunque ésta puede ser ampliada.
El último hallazgo ha sido la detección de un sistema planetario formado por seis planetas que orbitan alrededor de la estrella Kepler-11, similar a nuestro sol, que se encuentra a 2000 años-luz en la constelación del Cisne. Cinco de los planetas son de un tamaño similar a la Tierra y todos ellos orbitan a una distancia inferior a la mitad de la distancia Tierra-Sol, lo que puede permitir la existencia de agua líquida en la superficie de los planetas.
Los seis planetas del sistema Kepler-11 están formados por una mezcla de roca y gases, que posiblemente incluya agua. El material rocoso constituye la mayoría de la masa de los planetas, mientras que el volumen se debe en su mayoría al contenido en gases. Las medidas realizadas de las masas y tamaños han confirmado que estos cinco planetas se encuentran entre los planetas extrasolares de menor masa descubiertos hasta ahora.
Desde que la misión Kepler se puso en funcionamiento, se han descubierto 1235 planetas extrasolares, de los cuales 68 tienen un tamaño parecido al de la Tierra, 288 tienen tamaños similares al doble del tamaño de la Tierra, 662 tienen tamaños similares a Neptuno, 162 tamaños similares al de Júpiter y 19 tamaños superiores a Júpiter. De todos los planetas detectados en este proyecto, 54 están situados en una zona favorable para albergar vida, y de estos, solo cinco del sistema Kepler-11 tienen un tamaño similar a la Tierra.
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