Las Guardas delimitan la aguja del Reloj del Norte, que de forma inmutable y durante siglos ha servido a los marinos para conocer la hora durante la noche. "... proveyó Dios de un reloj en el cielo que nunca se desconcierta, que los relojes de arena y otros hechos de manos pueden tener desconcierto: este es el reloj del Norte." Pedro de Medina (1552) "Regimiento de Navegación"

viernes, 6 de abril de 2012

Poniendo ruedas al telescopio

Guardo el telescopio en el garaje de mi casa, que está a unos 6 metros del sitio donde suelo realizar las observaciones. Cada noche que salgo a observar la rutina siempre es la misma, quito el tubo, quito la pesa de 7 kg, libero los embragues de AR y DEC, cojo a pulso trípode y montura (26 kilitos de nada, puff), fijo de nuevo los embragues, nivelo, coloco la pesa, coloco de nuevo el tubo y finalmente equilibro. Todo el proceso me lleva alrededor de cuarto de hora que, por otra parte, tampoco es tanto tiempo. Sin embargo, cuando lo tienes que hacer una vez acabada la noche de observación, ese cuarto de hora se hace muy cuesta arriba.

Es por esto, que desde hace tiempo me ronda por la cabeza hacerme un pequeño observatorio de techo corredizo. Si no he tomado ya la decisión es por miedo a los posibles robos, ya que el lugar donde tengo pensado hacerlo sería en una terraza de 3x3 encima de una pérgola a unos 3 metros de altura. El lugar es muy visible desde el exterior ya que mi casa es la última de la urbanización y el acceso desde fuera es muy sencillo.

Detalle de la terraza donde me gustaría poner mi futuro observatorio

Mientras tomo la decisión sobre el observatorio, he decidido ponerle unas ruedas al telescopio para que el traslado desde el garaje al jardín sea más cómodo. Además me ahorraré las operaciones de desmontar y montar el tubo y el contrapeso y el posterior equilibrado.

He visto varios opciones y diseños. Por ejemplo, uno de ellos es el sistema que utilizó durante algún tiempo Juan Antonio Henríquez Santana, hecho por el mismo, que podéis en su web Observatorio Atlante.

Yo como no soy nada manitas, he optado por comprar un sistema ya preparado de fábrica. Me he decidido por las Wheeley Bars de JMI Telescopes, que es un trolley de acero sobre el que se apoya el telescopio. Comercializa dos modelos, uno mediano y otro grande. Yo he comprado el mediano que puede soportar hasta 50 kg. El sistema puede adaptarse a distancias entre las patas del trípode comprendidas entre 84 y 110 cm. En mi caso el sistema lo he puesto con la distancia más corta y con las patas del trípode desplegadas lo mínimo posible. De esta forma, el sistema me queda a una altura óptima y además consigo que tenga mayor estabilidad.

El telescopio encima de las Wheeley bars. Puede verse que las patas del trípode apenas están desplegadas.

El sistema viene de serie con unas ruedas de goma de 5,5 cm de diámetro, que según informa el fabricante pueden resultar insuficientes si el trolley se va a desplazar sobre suelos rugosos y con hierba como es mi caso. Así que las he sustituido por unas ruedas con freno de 10 cm de diámetro y de un material más resistente, que permiten que el sistema se desplace sobre el terreno con mayor facilidad y seguridad.

Detalle del trolley con las ruedas con freno de 10 cm de diámetro situado en el lugar donde suelo realizar mis observaciones. Pueden verse también los pernos de nivelado.

Tengo pensado hacer unas marcas en el suelo donde se apoyan los pernos de nivelado y ponerle al trolley un nivel de burbuja de mayor calidad que el que viene de serie con la montura. De esta manera espero que siempre que saque el telescopio quede en la misma posición, probar de esta manera a hibernar el sistema y evitarme así también el proceso de alineación. De momento no he podido probarlo por el mal tiempo que estamos teniendo, pero espero que funcione. Ya os contaré.

Hasta la próxima entrada.