Las Guardas delimitan la aguja del Reloj del Norte, que de forma inmutable y durante siglos ha servido a los marinos para conocer la hora durante la noche. "... proveyó Dios de un reloj en el cielo que nunca se desconcierta, que los relojes de arena y otros hechos de manos pueden tener desconcierto: este es el reloj del Norte." Pedro de Medina (1552) "Regimiento de Navegación"