Los dos planetas interiores brillan antes del amanecer, ya que alcanzan su máxima elongación durante la primera mitad de enero.
Si se dirige la mirada cualquier mañana clara de este mes al horizonte sureste, nuestros ojos se sentirán atraídos por la luz deslumbrante de Venus, el planeta más brillante del Sistema Solar. Venus aparece especialmente destacado a principios de enero, ya que alcanza su punto más alto en el cielo justo antes del amanecer.
Venus alcanza su mayor elongación el 8 de enero encontrándose a una distancia de 47° del Sol. El planeta sale 3 horas antes que el Sol y alcanza casi un tercio de su altura en el cielo del sureste 45 minutos antes del amanecer. Es fácil identificar a Venus ya que brilla casi 100 veces más que cualquier otro punto de luz en el cielo de la mañana.
Durante estos días Venus aparece más alto y más brillante que en cualquier momento de los últimos 3 años. No alcanzará valores semejantes hasta la primavera de 2012.
En un capricho de la geometría celeste, Mercurio alcanza su máxima elongación respecto al Sol solo un día después que Venus, el 9 de enero. Este día, el planeta más interior se encuentra 23° al Oeste del Sol y aparece 10° sobre el horizonte sureste 45 minutos antes del amanecer. A pesar de que brilla mucho más débilmente que Venus, seguirá siendo el objeto más brillante por el extremo inferior izquierdo de Venus.
El cielo de la mañana también cuenta con la brillante estrella Antares. Para identificarla basta con buscar una estrella rojiza por debajo de Venus y en la parte superior derecha de Mercurio. Antares aparece con un brillo que es un tercio del que presenta Mercurio. Si se tienen problemas para poder ver a Antares, el uso de unos prismáticos ayudará a distinguirlo de la luz crepuscular.
Fuente: Astronomy.com
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